martes, 10 de octubre de 2017

Niños genios: mamás guerreras!

Cada día que pasa habrá un nuevo reto que afrontar, lo que creíamos que ya hacía parte de la historia vuelve a aparecer aún más cargado, cuando logramos superar la lactancia, llegan las compotas y una vez entran al colegio tenemos que enfrentar el "descontrol" maternal que implica la lonchera y... llega a nuestra memoria ese aliado que fue alguna vez fue el de nuestra mamá también y que viene a darnos la tranquilidad de saber que aunque no coman todos los alimentos que mandamos en su lonchera, la botella de Pony Malta jamás llega de vuelta... así miles de "aliados" mas y el instinto maternal que tampoco caduca con el tiempo recordamos que seremos mamás toda la vida y entendemos que el título fue solo el inicio de una carrera que requiere de actualizaciones a diario, ser mamá ha sido el mejor papel de mi vida, extenuante y maravillosamente complejo, pero sobre todo el que más satisfacciones me ha dado y con seguridad el que más alegrías traerá por siempre.

Hoy pienso en lo que me espera aún sabiendo que mis planes no son más que utopías que aterrizará Paloma con su arrolladora personalidad, lo desconocido que solía tener su encanto ya no es misterio para los niños de hoy que revelan con total facilidad lo que nosotros creíamos tener oculto, nos toca asumir el papel de guerreras pues estos pequeños parecen no conocer el miedo, poseen un talento innato para estar en todo, y tenemos que hacer uso de nuestros poderes sobrenaturales, demostrándonos que sí somos capaces y que ellos aunque parecen saberlo todo, siempre necesitaran de una abrazo de mamá.

Lo más importante es creer que la vida es tan perfecta como la naturaleza misma, que nos dio el privilegio de ser padres concediéndonos la sabiduría necesaria para ser los mejores, no de la especie como quisiéramos sino de cada uno de nuestros hijos, cada cual tendrá una preparación diferente pues no todos los hijos del mundo tienen las mismas necesidades, ni los padres capacidades semejantes, cada uno tiene la medida exacta de paciencia, ternura, alegría, miedo, serenidad que nos exigen estos pequeños genios, lo que pasa es que a veces no lo sabemos y una vez más al terminar la obra quedamos estupefactos con nuestra actuación, nos deslumbramos al descubrir lo inimaginable y así recargamos las energías con certeza de tener lo necesario para dar contienda a la batalla siguiente.




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